Estoy en la tienda que regento en Barcelona: El Rei de la Màgia, el establecimiento dedicado al ilusionismo más antiguo del mundo. Y es todo un placer introducirte a ti en este mundo de microrrelatos mágicos. Para los magos, cada efecto de magia, cada rutina mágica (como nosotros lo llamamos) es un microrrelato. Y este microrrelato que contamos con cada milagro que realizamos es más importante que el secreto que escondemos para llevarlo a cabo. Esto es lo que diferencia a un buen ilusionista de uno mediocre, la capacidad de comunicar y hacer partícipe al público de su «ilusión».
En este libro encontrarás todo tipo de historias relacionadas con mi mundo. Algunas te ilusionarán, otras te entristecerán, podrás reír o quedarte con mal sabor de boca... ¡O con la sangre helada! Lo importante es que todas y cada una de ellas te provocarán una sensación y enviarán un mensaje directo (o no) a tu cerebro (o corazón). Y de eso trata el arte, sea ilusionismo, literatura o danza.
En todo caso, creo que Un mundo en la chistera es un libro muy necesario para los ilusionistas, aunque seguramente lo leerán muchos más profanos (así llamamos a la gente «normal» que no entiende de magia). Y digo esto porque la literatura que trata el ilusionismo es la menos mágica o fantástica de todas. Nuestros libros, normalmente, sirven para aprender este arte, desvelan nuestros secretos, técnicas, guiones, metodología e historia, pero muy pocas veces profundizan para ofrecernos lo que hay al otro lado: fantasía. Al fin y al cabo, un mago es víctima de su propia ambición. Cuanto más conoce de su arte, menos lo puede disfrutar como espectador. Y, con cada nueva técnica que aprende, va perdiendo la capacidad de sorprenderse.
Del «Prólogo» de Pau Martínez
Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte